Actualmente la Virgen de las Cruces viene a Don Benito una vez al año unos días antes del 12 de Octubre. Una vez que es recibida por los dombenitenses, es llevada a la Parroquia de Santiago donde se celebra durante los siguientes días una Novena en su honor. La madrugada del 11 al 12 de Octubre la parroquia permanece abierta para que se pueda velar la imagen de la patrona. En la mañana del 12 de Octubre el llamado día de La Velá la Virgen parte hacia su Ermita en Romería.
La fiesta de la Velá pudo tomar el nombre de vela o tiempo en que los Cofrades del Santísimo hacen su oración ante el Señor, según las normas de su Cofradía, durante determinadas noches. Así los devotos de la Virgen podían hacer sus turnos de vela o de oración acompañando a la Virgen durante la noche víspera de su fiesta.
Puede ser también apócope de Velada (Vela), en este caso significaría la concurrencia nocturna de personas en lugar público (plaza o paseo) para celebrar algún acontecimiento civil o religioso.
Cuando en los documentos del siglo XIX se habla de esta fiesta, la llaman Velada; refiriéndose a la fiesta que se celebraba en el santuario de las Cruces el 12 de octubre. Y hay tradición secular en este pueblo de llamar a las gradas de la puerta principal de la iglesia de Santiago: Las gradas del velar.
Da la impresión como si a la Virgen se la velara en los dos sitios; en la ermita, donde acudían siempre devotos de los pueblos vecinos, y en la parroquia, destinada fundamentalmente para la gente del pueblo.
Ha sido costumbre muy vivida en esta fiesta, que ese día a las primeras claras de la mañana, salía de la parroquia un rosario de la Aurora, recorriendo las calles del pueblo y un rosario de la Aurora de la ermita llenando de cantos religiosos los aires de nuestros campos y las calles del pueblo.
Desde que sale la Virgen de su ermita hasta su retorno a su camarín el último día todo ese tiempo es un estar velando, acompañando a la Patrona el pueblo entero de día y de noche.
Fotos de Diego Sánchez Cordero